Olvido
Silencioso como una sombra se desliza el olvido. Encorvado y frágil. Con su lastre letárgico, lejano y difuso; con arrugas profundas y melodías tan quietas que apenas suenan ya en los oídos. Sus quebradas lágrimas se desintegran como copos de nieve, ante la implacable astucia de ese lugar sombrío: la indiferencia en que habita lo perdido. Y enhebrado con la eternidad, se queda el lienzo vacío. Bajo la tela que oscurece su rostro. Bajo el agua turbia. Bajo el rictus congelado en un bostezo de perpetuo olvido. La vida es el recuerdo y la muerte… la muerte es sólo un libro cubierto de polvo en un rincón envilecido. Y si ahí yace, su historia perece, porque olvido no es la muerte. La muerte, es El Olvido.
Andrés Ruiz Segarra.